Exposición organizada por Barbican Centre, Londres, en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao. Con el apoyo de la Terra Foundation for American Art
Lee Krasner (1908─1984), cuyo nombre original era Lena Krassner, nació en Brooklyn y creció en el seno de una familia de emigrantes rusos, judíos ortodoxos. Con 14 años de edad decidió dedicarse al arte y fue de las primeras creadoras de Nueva York que adoptó un planteamiento totalmente abstracto, convirtiéndose en pionera del Expresionismo Abstracto.
Lee Krasner y Jackson Pollock se casaron en 1945. Eran jóvenes, tenían talento y cada uno de ellos creía en el genio del otro. “Cuando vi sus pinturas, casi muero. Su obra me derrumbó”, recordaría Krasner. Con la esperanza de que él se alejaría de la bebida, dejaron Nueva York y se mudaron a Springs, Long Island, donde compraron una pequeña granja con la ayuda de Peggy Guggenheim, que les prestó 2.000 dólares. Pollock trabajaba en elgranero , desde donde se convertiría en un artista mundialmente famoso, el peso pesado de los expresionistas abstractos . Ella mientras tanto lo hacía en una diminuta habitación del piso arriba, donde realizaba unas pequeñas y vibrantes composiciones jeroglíficas. Once años más tarde, después de sucumbir a los demonios de la bebida, la angustia y la depresión, Pollock encontró la muerte al estrellar contra un árbol el viejo Chrysler descapotable que conducía a toda velocidad por una carretera llena de baches junto a su amante Ruth Kligman. Tenía 44 años y acababa de alcanzar la gloria. Krasner dejó entonces de ser la Sra. Pollock para convertirse en la viuda Pollock, encargándose con escrupuloso respeto de su legado, sin renunciar jamás a su pintura, a la que se entregó a lo largo de su vida con una determinación, una tenacidad y una libertad conmovedoras.
En 1942 sus obras se incluyeron en la exposición colectiva French and American Painting y, dado que el único de los artistas incluido en aquella muestra a quien no conocía era Jackson Pollock, Krasner decidió ir a visitar su estudio. A partir de entonces, iniciaron una relación; en 1945 contrajeron matrimonio y se trasladaron a Springs, en Long Island.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Krasner se negó a crear una “firma inconfundible”, algo que le parecía “rígido y nada vivo”. Al trabajar en ciclos de obras, buscó continuamente nuevos medios para alcanzar una expresión auténtica, incluso en sus épocas más turbulentas, debidas a la inestabilidad emocional de Pollock y a la muerte repentina de este en un accidente de automóvil en 1956. El formidable espíritu de Krasner se percibe a través del conjunto de obras que creó en su estudio a lo largo de más de cincuenta años, y que celebramos en la presente exposición.
DONDE: Museo Guggenheim
CUANDO: 18 de septiembre hasta el 10 de enero
CUANTO: 13€ Online / 15€ Taquilla