Running y senderismo en Bilbao.
Viajar no tiene porqué ser un impedimento para continuar con nuestra rutina deportiva cuando decidimos tomarnos unos días de vacaciones.
Si os gusta el running y el senderismo disfrutareis de lo lindo con la variedad de recorridos aptos para todos los niveles que ofrece Bilbao.
Dentro de la ciudad existen 21 zonas verdes para correr y el hecho geográfico de que nuestro pequeño Botxo se encuentre rodeado de montañas, lo convierte en la excusa perfecta para practicar senderismo al mismo tiempo que descubrimos la ciudad y sus zonas verdes.
Dentro de los circuitos de running, hay dos clásicos de hierba: el Parque de Etxebarria y el Parque Europa en Txurdinaga. El primero suele estar más transitado pero ofrece desniveles perfectos si lo que quieres es una carrera corta pero con esfuerzo. Para los que “vais en serio”, San Antonio en Rekalde es una playa verde con duchas y tres pistas de atletismo de resistencia donde entrenar como un profesional.
Uno de los favoritos de los bilbaínos es el que sale del ayuntamiento y pasa por el Guggenheim hasta llegar al Museo marítimo. Precioso al anochecer pero también bastante transitado. Si os alojáis cerca del Casco Viejo os recomiendo el de la Peña. Desniveles, vistas a la Ría y aire fresco os abrirán los pulmones y el estómago. Una forma estupenda de hacer hambre para disfrutar sin remordimientos de una buena cata de pintxos bien merecidos después del esfuerzo. Como habréis podido observar, los bilbaínos tenemos montañas por doquier y por sus lomas y cimas discurre un GR que circunvala el núcleo urbano y atraviesa los parques forestales de Artxanda, Monte Avril, Arnotegi, Pagasarri y el nuevo pulmón de Bilbao; el monte Arraiz, donde podreís encontrar 20.000 m2 de césped ideales para entrenar y darse un homenaje en alguno de sus diez asadores.
Ni más ni menos que 71 kilómetros de sendas que conforman un ‘anillo verde’ del que parten diez itinerarios auxiliares que conectan los barrios con esta ruta circular ideal para combinar carrera, trote suave y paseo. Algunos son suaves y otros cuentan con desniveles pronunciados para poner a prueba vuestra resistencia. Uno de ellos es el Pagasarri, transitado los domingos y de fácil ascensión. En sus faldas se encuentra la cascada del Bolintxu, un lugar mágico que os hará entender porqué los bilbaínos amamos la naturaleza y la frondosidad de nuestros bosques. Esta pequeña maravilla es el hábitat de mayor valor ecológico de Bilbao según los biólogos. Siguiendo el camino de subida al monte, hay que desviarse por un bosque de ribera auténtico, poblado de alisos, fresnos, avellanos y unos cuantos robles centenarios. Si tenéis suerte y madrugáis quizá os encontréis con algún corzo que abreva a primera hora de la mañana. El río, de apenas cuatro kilómetros, fluye cristalino, sin asomo de contaminación y más cerca de la civilización de lo que uno pueda imaginarse. Lo más increíble es que está a media hora andando desde el barrio de La Peña. Deberéis buscar el camino de Venta Alta pasar bajo la autopista para acceder al sendero. Feliz paseo!