El vermut fue el aperitivo por excelencia en los años 50-60 en nuestro país hasta que fue desbancado por la cerveza y otras bebidas. Hoy en día vuelve a recuperar el protagonismo perdido. Hasta hace poco para muchos, el vermut era esa botella, a menudo polvorienta, de la esquina de la barra del bar. Pero todo vuelve.

Historia del vermut
Esta bebida tradicional está pisando fuerte y cada vez es más habitual ver en las terrazas de los bares ( ahora en los balcones y ventanas de nuestras casas) a gente joven con esa bebida de ‘abuelos’ en la mano. Pero, ¿de dónde viene? y ¿ cuál es su historia? Los orígenes del vermut no son del todo conocidos. Algunos dicen que fueron los alemanes, algunos dicen que los griegos, algunos dicen que se remonta hasta China en 1200 a. C. Independientemente de sus comienzos, los historiadores coinciden en que lo que eventualmente llevó al vermut fue una mezcla de ajenjo y vino. La producción comercial de la versión que conocemos hoy está vinculada al siglo XVIII en Turín, Italia, sin embargo, el ajenjo sigue siendo el ingrediente distintivo. Después de todo, el vermut de nombre se hereda de los primeros vinos alemanes con infusión de ajenjo conocidos como vermut.

Al igual que con muchas de nuestras creaciones de alcohol favoritas, el vermut fue utilizado originalmente con fines medicinales. Se dice que sus productos botánicos son útiles para ayudar a la digestión y aliviar el malestar estomacal. No pasó mucho tiempo antes de que el sabor a base de hierbas y los efectos inductores del apetito lo convirtieran en un aperitivo querido. Se hizo cada vez más popular en los Estados Unidos alrededor de la década de 1870, y en un momento incluso vendió vino de mesa. Pronto se abrió camino en la rotación de los camareros, y solidificó su lugar en la historia como ingrediente en algunos de los cócteles más icónicos del mundo.
El vermút admite un sinfín de combinaciones cocteleras de intenso sabor, como el Negroni, el Manhattan, el Spritz o el Fifty Fifty. Pero el que más se estila en nuestra villa se llama sencillamente ‘Marianito preparado’ y, aunque las recetas varían de barra en barra, suele llevar ginebra, algún licor afrutado y un toque cítrico. La primera copa refresca, la segunda es la que sabe mejor, y a partir de la tercera ‘Marianito’ se pone peligroso.

Tipos de vermut
• Vermut Rojo: originario de Italia, se le conoce como vermut rosso o negro. Es el más clásico y habitual en España y también el más dulce por el caramelo que se le añade, responsable de su color. Resulta menos amargo y seco que el resto, destacando las hierbas aromáticas y especias, como la canela.
• Vermut Blanco: de procedencia francesa, es parecido al vermut seco. Suele ser más dulce que el rojo porque se eliminan algunos de los herbarios y sustancias amargas que se emplean en el rojo. Es el más consumido en el mundo, junto al seco y suele tener notas avainilladas y cítricas.
• Vermut Seco: conocido como dry vermouth, es también de origen francés, que son los mayores productores mundiales. Se emplea, especialmente, en coctelería para hacer el famoso ‘Dry Martini’ y también en cocina. Se considera el vermut más amargo.
• Vermut Rosado: considerado uno de los vermuts más suaves, ligeros y frescos, con notas florales y frutales, su popularidad es relativamente reciente.
• Vermuts artesanales: elaborados con una amplia variedad botánica (ajenjo, ajedrea, canela, corteza de naranja, genciana, cardamomo, clavo, nuez moscada, salvia, cilantro, anís estrellado…) y distintos tipos de envejecimiento.
• Vermut Versión sin alcohol: en lugar de someter los ingredientes a un proceso de fermentación, se emplea la maceración para captar el sabor, evitando el contenido alcohólico.
Cómo hacer vermut casero paso a paso
– Paso 1: poner en un bote de vidrio con tapa, las hierbas imprescindibles para hacer vermut, como ajenjo, canela, cáscara de limón, cáscara de naranja, manzanilla, genciana, bayas de enebro, flor de saúco, cilantro… Por cada litro de vino, preferiblemente blanco, pondremos media cucharada grande de ajenjo (si no lo queremos muy amargo, usaremos 1/3), media rama de canela, las cáscaras de ambos cítricos y una cucharada de cada una de las hierbas mencionadas.
– Paso 2: debemos dejar el recipiente en un espacio cerrado, oscuro, seco y fresco entre dos semanas y un mes para que los aromas y sabores infusionen.
– Paso 3: pasado ese tiempo, retiraremos las hierbas y añadiremos un poco de miel o tres cucharadas de azúcar, previamente caramelizada. Si queremos un toque extra de alcohol, podemos añadirle jerez. Es cuestión de gustos.
¡Ahora solo queda que practiques y prepares un buen vermut!
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