La ría de Bilbao, desembocadura de los ríos Nervión e Ibaizabal, ha sido un factor clave en el desarrollo de la ciudad. Debido a la división… que provoca la ría, la construcción de puentes siempre ha sido una prioridad. Con esta ruta descubrirás la historia y la evolución de una ciudad industrial a una urbe cosmopolita.
Arrancamos en el Puente de San Antón. Su apertura data de 1318, pero se cree que incluso podría ser anterior a la fundación de la Villa en 1300. Tras derribarse multitud de veces, hacia el año 1870, el Ayuntamiento decidió sustituirlo por uno nuevo y ubicarlo en el lugar actual.Si bajamos al Muelle de Marzana, llegamos al Puente de la Ribera. Se abrió en 1939 y fue obra del ingeniero Fernando Arzadun. El siguiente es el Puente de la Merced (1886), que en 1938 fue reconstruido por Manuel Gil de Santibañez. Recibe su nombre del convento de la Merced, que existió en su orilla izquierda.

Más adelante, encontramos el Puente del Arenal. Tras ser de hierro y, después, de piedra, finalmente, se construyó con hormigón armado en 1940. Fue uno de los primeros exponentes de la expansión de la Villa. Desde allí, divisamos el Puente del Ayuntamiento (1934-Ignacio de Rotaeche y José Ortiz de Artiñano), en origen Puente de Begoña. Está inspirado en los puentes levadizos de Chicago (EE. UU.) para permitir el tráfico fluvial. El Campo Volantín nos acerca al Puente de Zubizuri (1997-Santiago Calatrava), símbolo de la nueva Bilbao.

El diseño consiste en un arco inclinado que une dos plataformas y la estructura peatonal se sostiene con cables de hierro. A pocos metros y custodiado por el museo Guggenheim, se encuentra el Puente de la Salve (1972-Juan Batanero), que coge el nombre de tantas oraciones de tantos marinos mirando la Basílica de Begoña.Nuestro siguiente destino es la pasarela Pedro Arrupe (2003-José Antonio y Lorenzo Fernández Ordóñez), ubicada en Abandoibarra, junto a la Universidad de Deusto.



La construcción es de acero, aunque el interior es de madera.Inaugurado en 1936, el Puente de Deusto, basado también en los levadizos de Chicago, fue obra de los ingenieros Ignacio de Rotaeche y José Ortiz de Artiñano.Construido sobre los antiguos Astilleros Euskalduna, el puente Euskalduna (1997-Javier Manterola) impide el tráfico a barcos grandes a la parte superior de la ría. Una torre de iluminación de 45 metros de altura otorga al proyecto su elemento emblemático. El Puente Frank Gehry, bautizado así en honor al arquitecto del museo Guggenheim, e inaugurado en septiembre de 2015, es el puente más nuevo de la ciudad. Tiene 75 metros de longitud y 28 metros de anchura.
Muy pronto podremos pasear por todos ellos, dejar atrás estos días y quizás ahora los miremos con otros ojos.