‘A veces es difícil caminar en los zapatos de una mujer soltera. Por eso, de vez en cuando, necesitamos zapatos que sean muy especiales, para que caminar sea un poco más divertido’, Carrie Bradshaw dixit.
Que las deportivas han venido pisando fuerte ya lo sabemos, que cuando dotamos a una prenda de su anglicismo quiere decir que nos apetece mimarla y que se quede por lo menos unas temporadas en el armario.
Hay leyendas que caminan solas y más si la firma que te cobija es GOLA, es el caso de las míticas HARRIER, que cumplen 52 años, sin duda la sneaker más emblemática de la casa. La que naciera como la zapatilla más polivalente y deportiva de la marca, es a día de hoy un calzado instaurado en cientos de looks. Su suela ha estado presente en los campos de fútbol de Reino Unido, conciertos de Oasis, Pearl Jam… y millones de hogares que han querido tener presente a la mítica zapatilla.
Pero en la representación más fiel a la moda urbana y con el amparo de una de las firmas más reconocidas del mercado, STEVE MADDEN nos recuerda que no hace falta un diseño recargado para expresar mucho. Neopreno, goma y forro de calcetín comprenden la idea de la firma en lo que a comodidad y diseño se refiere, dotando a las LANCER, modelo afincado en los suelos newyorkinos por derecho propio, en una sneaker sencilla pero con muchas pretensiones. Una gama monocromática que no necesita más que una limitada mezcla de colores para “decir algo”.
En otro punto, pero con las ideas muy claras nació VEJA. VEJA es una compañía que produce en Brasil zapatillas ecológicas de comercio justo. La compañía fue creada en 2004 por dos franceses tras un viaje de un año dedicado al desarrollo sostenible. VEJA trabaja en Brasil directamente con cooperativas de productores de algodón orgánico y en Amazonia con siringueros (sangradores de los árboles de caucho) para luchar contra la deforestación.
Las zapatillas son producidas en una fábrica al sur de Brasil que ofrece buenas condiciones de trabajo. En Francia, VEJA trabaja con una asociación de integración por el trabajo, Atelier Sans Frontières, que se encarga del almacenaje y de los pedidos. Los tacones han sido desbancados y las deportivas rugen más fuerte que nunca.