La villa de Bilbao reúne en sus calles una amplia colección de esculturas urbanas, con más de setenta obras y algunas creadas por artistas de gran… renombre internacional como Salvador Dalí o Eduardo Chillida. Van desde el estilo más clásico al más vanguardista. Ahora puede ser un buen momento para explorar nuevas rutas de nuestra ciudad y fijarse en sus maravillosas esculturas.
Nuestro recorrido arranca en la grúa Carola, situada sobre el muelle Ramón de La Sota, junto al puente Euskalduna. Más adelante, pasando el Palacio Euskalduna, se encuentra la obra “Sitios y Lugares”, de Ángel Garraza, inspiradas en la forma de los tradicionales kaikus vascos (recipientes de madera utilizados antiguamente para cocer la leche o fabricar quesos). Uno de pie y el otro volcado evocan en palabras del artista, ‘el sitio donde vives y el sitio del alma’.
Muy cerca se encuentra Dodeclathos, también llamada Trabajos de Hércules una obra de Vicente Larrea.
Cabe destacar la presencia de la Musa de la Danza, una obra que se sitúa junto al estanque del Palacio Euskalduna y que no muchos saben que es obra de Salvador Dalí. En esta escultura, Dalí representa a una de las musas de la mitología griega, la de la danza, e hija de Zeus y de Mnemósine. También se la estima como musa del canto coral, de la poesía ligera y madre de las sirenas. En su diseño, Dalí imaginó a Terpsícore como una mujer joven y esbelta. Una figura sin cabeza, con sus brazos alzados a modo de alas y una larga falda que parece agilidad por el viento y otorga plasticidad y movimiento a la escultura. Y por último casi al lado de la Musa de la Danza, se encuentra la obra de José Zugasti, «A la Deriva», Metáfora del desgaste, quiere homenajear al pasado naval y siderúrgico.
Seguimos por el homenaje a los «Hermanos Tonetti» (fueron unos payasos de España, especialmente conocidos durante la segunda mitad del siglo XX) y la obra “Lectora”, ambas en el parque de Doña Casilda. Sin salir del parque hay dos esculturas que merece la pena no pasar por alto, una a las víctimas del terrorismo y otro a las víctimas del franquismo. La primera obra fue realizada por Bilbao Arte y tiene una inscripción en castellano y euskera en la que puede leerse: “En recuerdo de todas las víctimas del terrorismo de Bilbao”. La estatua homenajea a todas las víctimas del terrorismo, tanto las de ETA, como las del GAL o el Batallón Vasco Español. La segunda escultura, titulada «Memoria viva«, de Nestor Basterretxea realizó la obra en bronce patinado y tienen inscrito en su base un poema del poeta bilbaíno Blas de Otero.
La siguientes propuestas son una obra de Eduardo Chillida, “Begirari IV”, en el Parque de la Ribera, al comienzo de pasarela de Pedro Arrupe y muy próxima a la misma, la araña que custodia el museo Guggenheim, de nombre “Maman«, que significa madre en francés y firmada por Louise Bourgeois. No podemos olvidar en esta ruta el famosísimo Puppy de Jeff Koons a la entrada del propio museo.
Cerca de la plaza Indautxu, en la calle Manuel Allende, encontramos el “Piropo” de Juan Echegoien. Otras obras a admirar son «Casco Industrial«, de Miquel Navarro, que preside, con sus 12 metros de altura, el Parque de Amezola.
Bajando de nuevo a la Gran Vía, junto al edificio de la Diputación, “El paseante” de José Ramón Gómez.
Si te acercas a la calle Ibáñez de Bilbao, encontrarás el “Cubo sin título” de Primitivo González, de hierro pintado abierto, en el que dos diagonales parecen sostener sus paredes. Junto al edificio del ayuntamiento, algunos bilbaínos creen estar viendo «una txapela de medio lado», pero la escultura de Jorge Oteiza “Variante Ovoide” es una reproducción del análisis del vacío del artista. Otra propuesta en la calle trasera del Ayuntamiento de Bilbao cuenta con un nuevo conjunto ornamental integrado por una escultura de Joaquín Lucarini y un mural fotográfico de grandes dimensiones de Begoña Zubero.
Finalmente, te proponemos “La exorcista” de Manolo Valdés, situada en el puente de Cantalojas, y forma parte de una serie de «esculturas habladoras» realizada en colaboración con el escritor Mario Vargas Llosa. O si eres más animado te puedes acerca al mirador de Artxanda, además de unas excelentes vistas de la ciudad, se puede admirar “la huella”, el monumento al Gudari de Juan José Novella.
No están todas las que son ( hay más de setenta esculturas por la ciudad) , pero si son todas las que están. Tenemos una ciudad maravillosa, la mires por donde la mires no deja de sorprendernos día a día. Aprovecha estos largos paseos de confinamiento y mira a tu alrededor por que seguro hay una escultura cerca de ti.