Simplemente el nombre de Montenegro evoca imágenes de romance y drama en una tierra que no decepciona. Conocida como la perla del Mediterráneo, es un lugar que no puedes perderte. Con una combinación de características de los Balcanes y del Mediterráneo, es un destino de vacaciones único y que muchos famosos no han querido perderse.
Adriana Lima, Lovely Pepa, Harrison Ford o la pareja de ‘instagrammers’ famosa por sus viajes por todo el mundo, Jack Morris y Lauren Bullen, se han dejado perder por sus callejuelas, han disfrutando de sus playas, de sus lagos y de sus puestas de sol sobre la bahía. Y es que con sus pequeñas ciudadelas, increíbles paisajes y pequeñas islas, Montenegro es para cualquiera, un irresistible destino.
Para hacerse una idea de Montenegro, hay que imaginar un lugar con espectaculares playas de aguas cristalinas, cumbres escarpadas, profundos cañones, elegantes palazzos, y ciudades antiguas, y luego envolverlo todo en un clima mediterráneo.
Nosotros te proponemos 6 lugares asombrosos que no te puedes perder:
1. Ubicada en una bonita bahía en la costa de Montenegro, Kotor es una ciudad impregnada de tradición e historia que ofrece unas increíbles vistas. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, la vieja ciudad fue construida entre los siglos XII y XIV y está colmada de arquitectura medieval y monumentos históricos. Las paredes de la ciudad que han protegido a Kotor durante siglos, se extienden por más de cuatro kilómetros mostrando el camino a la fortaleza de San Iván. Sus murallas bizantinas albergan paradas obligatorias como la catedral de San Trifón y el castillo de San Juan ( merece la pena subir los miles de escalones de piedra construidos en plena montaña para llegar a ver la puesta de sol). A tan solo 12 kilómetros de Kotor encontramos Perast, un antiguo puerto legendario por su historia marítima. Poco queda ya de esa fama, aunque sus dos mayores puntos de interés están alejados unos pocos kilómetros del litoral: dos islotes, Gospa od Škrpjela (Nuestra Señora de las Rocas) y Sveti Dorde (San Jorge), con respectivas iglesia y monasterio a las que pueden acercarte los barcos desde la costa por unos 3 euros por persona.
2. Cuando se trata de marcha y de sol, la localidad costera de Budva se lleva la palma. Esta bonita y pequeña ciudad está llena de vida con animados espacios para comer y beber. Durante el día, descansa junto a la orilla turquesa y relajante de las playas de Mogren. Al sur, los dos kilómetros de arena de Bečići la han convertido en la más solicitada por los bañistas, mientras que Jaz Beach, al norte, es un lugar más tranquilo que adquirió fama gracias a los conciertos al aire libre que han dado grupos como los Rolling Stones o Madonna. Otras playas muy populares son Velika Plaza, que con sus 12 kilómetros es la más grande de los Balcanes, y las de Petrovac, en la costa de Budva, gracias a sus aguas turquesas y a sus asentamientos rústicos de la antigua ciudad. O, si rebosas energía, dirígete a la playa Slovenska Plaža en la que el centro de deportes acuáticos ofrece todo tipo de actividades de agua como paravela, moto acuática e incluso water zorbing. (Sólo se puede llegar a Budva en autobús y la estación está a 15 minutos a pie).
3. Pasa algo de tiempo en la ciudad de Bar, el punto de llegada de los ferrys procedentes de Italia, y descubre la antigua maravilla que constituye Stari Bar. Bar es uno de los puntos turísticos más atractivos del país, ofreciendo buenas playas que no tienen nada que envidiar a las playas croatas. La ciudad en sí presenta una arquitectura moderna, con casi el 100% de las grandes edificaciones pertenecientes a la época post guerra. Es un destino ideal para los amantes de la naturaleza, ya que ésta está muy poco explotada y ofrece grandes extensiones de bosque casi intacto. Además puedes encontrar numerosos monumentos históricos y culturales como el casco antiguo de Bar, la fortaleza de Haj Nehaj del siglo XV, el castillo del rey Nikola y un viejo olivo que tiene más de 2000 años de antigüedad.
4. Pocos países pueden presumir de una red de parques naturales tan deslumbrantes como en Montenegro, que cuenta actualmente cuatro espacios naturales protegidos: Durmitor, Biogradska gora, Lago de Skadar y el Monte Lovčen. El Parque Nacional de Durmitor no es sólo el paraíso de las caminatas sino un templo del rafting, con algunos de los mejores rápidos de Europa. Hay varios puntos alrededor del parque donde se puede acampar, lo que te permitirá disfrutar unos días en la maravilla natural de Montenegro. Uno de sus mejores secretos es el lago Skadar, el más extenso de la zona balcánica. Situado entre Albania y Montenegro, es un auténtico oasis para los amantes de la ornitología. La mejor recomendación es un paseo en kayak no solo para ver aves, sino también varios islotes con pequeños monasterios medievales en los que los monjes se dedicaban a copiar libros. Otra de las experiencias que ofrecen las ‘highlands’ montenegrinas es disfrutar de una noche bajo las estrellas hospedado en un katun, las cabañas de montaña usadas antiguamente por los pastores locales en periodos de trashumancia. Estas chozas pueden encontrarse desde el pico de Bjelasica, con el pueblo eco de Vranjak (jelka.me), hasta los del parque nacional de Biogradska Gora.
5. Un lugar de lo más peculiar e inesperado en la bonita costa montenegrina es Sveti Stefan. Se encuentra muy cerca, a 8 kilómetros, de Budva. Antiguamente era una isla pesquera pero poco a poco se ha ido conviendo en el resort más exclusivo de la costa y uno de los más lujosos del mundo, que han disfrutado celebrities desde Marilyn Monroe hasta Sophia Loren. Incluso el tenista Djokovic se casó allí en 2014 y el actor Robert De Niro abrió uno de sus restaurantes Nobu. Solo por la estupenda vista y por sus playas de aguas cristalinas, Sveti Stefan es uno de los puntos imprescindibles en cualquier guía de Montenegro.
6. La capital de Montenegro no es muy conocida en Europa y, aunque tiene poco que visitar, bien vale la pena pasar por allí. Podgorica está rodeada de un hermoso paisaje: los ríos Ribnica y Morača atraviesan la ciudad y la colina de Gorica se eleva en un lado de esta, creando unas vistas pintorescas alrededor de la ciudad. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue víctima de múltiples bombardeos, por lo que quedaron pocas reliquias y monumentos. Las partes antiguas de la ciudad (Stara Varoš y Drač) cuentan con vestigios importantes: un reloj otomano y varias mezquitas situadas en las calles serpenteantes. Si lo suyo es pasear al aire libre, no hay mejor ciudad que Podgorica para disfrutar de los paisajes modernos, incluyendo cafés y restaurantes de todo tipo, y hasta pueden ir de picnic a Mareza, el Lago Skadar, o la Colina Gorica. Los fanáticos de la arquitectura disfrutarán de esta ciudad debido a su impresionante mezcla de estilos arquitectónicos que reflejan la turbulenta historia de la ciudad y del país en general, demostrando como cada estilo se fue imponiendo a medida que subía un nuevo régimen al país.