El león y el tigre.
De sobra es conocido el sobrenombre de ‘leones’ que reciben los jugadores del equipo de fútbol Athletic Club de Bilbao, pero ¿sabes de dónde proviene tal apodo?
El motivo es que San Mamés (que da nombre al propio estadio) fue un hombre desde pequeño y junto a su familia, perseguido por los grupos antirreligiosos del siglo III, época romana. Y cuanto fue adulto y tras las muertes de sus progenitores, los romanos no consiguieron de ninguna manera que abdicara su fe y estos lo llevaron al Coliseo para morir devorado por unos leones. Cuando los romanos echaron al Santo Mamés a los leones, este, consiguió dominarles y en lugar de atacarlo se agacharon frente a él. Por eso, actualmente, los jugadores son los leones que protegen al Santo.
Cuya figura representativa se encuentra en el museo del Athletic, fue donado por el ex presidente del Deportivo Alavés, Juan Arregui Garay, que prometió al Athletic Club que le regalaría uno de sus leones cuando los rojiblancos ganasen la Copa del Rey. Juan Arregi Garay cumplió su promesa en 1984.
No muy lejos del estadio de San Mamés, en la ribera de Botica Vieja del barrio de Deusto, destaca un edificio que está coronado por otro felino de dimensiones de infarto con sus 9 metros de longitud. En esta ocasión no es un león sino “el Tigre” y convierte a esta construcción en una de las más emblemáticas de la villa.
El bilbaíno barrio de Deusto posee uno de los edificios más emblemáticos de la villa construido en 1941 por el arquitecto Pedro Ispizua, en plena efervescencia industrial de Bilbao, destinado a albergar la fábrica, oficinas y local de exposición de la empresa ‘’correas El Tigre’’. En 1942 se encargó al escultor Joaquín de Lucarini la coronación de la obra con la escultura de un tigre de hormigón.. En la actualidad, y tras una completa rehabilitación del edificio, acoge viviendas de lujo.
El tigre comenzó siendo un emblema publicitario y hoy es uno de los símbolos de la ciudad: una de esas cosas nuestras, de toda la vida, que sólo tienen sesenta años. Obsta decir que a la gente el bicho nos encanta. Entre otras cosas, porque es un tigre que tiene aspecto de tigre y no de silla, como el 80% de las esculturas del momento. Además de hermoso y realista, es fantástico y terrible.
Podría haberse escapado de un comic. Sin duda. A causa de este felino Bilbao se parece un poco menos a Bilbao y un poco más a Gotham, sobre todo cuando anochece y se pone a llover en serio.
Texto: I Love Bilbao Team
Fotografia 1: Miriam Prado
Fotografía 2: Museo Athletic Club