El ciclo de cine de Bilbaoarte nos presenta una película dirigida por Xabier Beauvois.
Basada en hechos reales y ambientada en los años 90, en realidad la historia podía ser representada en cualquier tiempo, en cualquier lugar.
Un monasterio enclavado en las montañas de Argel es el escenario donde se desarrolla esta historia ambientada en los 90 sobre la religión, la política y la convivencia pacífica. Allí conviven en paz un grupo de monjes cristianos franceses con sus hermanos musulmanes hasta que llegan los problemas.
Porque lo que a efectos del relato interesa transcurre en los pliegues interiores de una comunidad religiosa con vocación de mártir. No tanto porque asuma la llamada de la muerte, sino porque tal y como Beauvois lo filma, su labor evangelizadora ha perdido su misión proselitista.
En medio de una realidad musulmana, el monasterio creado en tiempos coloniales, permanece como una huella arqueológica tan útil -ayudan a los vecinos, les curan y les atienden-, como inoperativa y simbólica en un mundo ecuménico donde en nombre de Dios se ama y se mata. Esos nueve monjes cistercienses representan una bondad de santoral y esa es la cuestión fundamental que preocupa al filme de Beauvois: ¿qué lleva a asumir un sacrificio tan desmesurado? En su galería de retratos, Beauvois no ha podido evitar contagiarse por el exceso poético de lo que representa. Sus personajes devienen más en iconos divinizados que en hombres de carne y hueso.
Su generosidad les precede aunque esa actitud, por idealizada, provoque una serie de preguntas que tras contemplar el filme se imponen con desasosiego. Con ese lastre el director se asoma al abismo del presente con una mirada que elude lo inmediato para cuestionar lo esencial: ¿es posible/necesaria/útil la religiosidad mística en tiempos de virtualidad mítica?
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