Christiania, el Barrio libre de Copenhague
Christiania es un singular barrio de Copenhague donde conviven más de 1.000 personas, incluidas familias con niños.
Si lo llamamos por su nombre, no deja de ser un “experimento social” que el gobierno permitió en 1971. Más de 30 años han pasado, desde que un grupo de hippies tomaron una base militar abandonada, convirtiéndola en la única ciudad en Europa con auto poder basado en una democracia directa, todo ello nada libre de polémica.
Si vas a Copenhague es una visita casi obligada, por su gran atractivo turístico, para bien o para mal te sorprenderá seguro. Es el tercer sitio más visitado de Dinamarca después de la Sirenita y el parque de atracciones de Copenhague, Tívoli ( dicen que el más antiguo del mundo).
Christiania se sitúa en el antiguo barrio pesquero de Christianshavn, se puede llegar andando desde el centro o tomar el metro y bajarse en la estación de “Christianshavn”.
Una vez allí es fácil dar con el barrio debido a la gran afluencia de gente que se dirige al mismo punto. Es un lugar muy frecuentado por los propios daneses, a quienes les encanta ir a pasar el día.
Su amplia diversidad cultural lo ha convertido en un foco de diversas corrientes creativas. Uno de los espacios más significativos de este barrio es el “Salón Gris”, situado en el centro de la comunidad, se compone de un gran escenario en el que se organizan eventos musicales, teatrales y culturales durante todo el año. Aunque hay que tener en cuenta que las propuestas artísticas son más frecuentes en los meses de verano.
En el verano de 1989, tuvieron lugar por primera vez las actividades culturales de carácter exclusivamente Underground y Den Grå Hal. El éxito de estas primeras jornadas hizo que Christiania se convirtiera en el espacio de la nueva escena de música Hip Hop, danza y grafiti de Dinamarca.
La experiencia visual es única, gracias a los coloristas grafitis plasmados en las fachadas de los edificios que forman grandes murales reivindicativos. En la entrada te reciben dos “tótems” con el nombre Christiania, despidiéndose en el reverso con la peculiar frase: “You are now entering the E.U”.
Antes de llegar al “Salón Gris” te recibe un market al aire libre con todo tipo de puestos, donde puedes adquirir miles de souvenirs, para después atravesar la controvertida zona de “Pusher Street”.
Esta polémica calle es donde todavía se trapichea con algunas drogas blandas. Campan a sus anchas los vendedores de estas sustancias, como si de pequeños puestos de un mercado se tratase. Hasta el año 2004 la venta y consumo de marihuana eran legales en Christiania, tanto es así, que se llegó a llamar “Green Light District”. Actualmente, es ilegal pero, aun así, se sigue comercializando y consumiendo ¡Por lo que no te sorprendas si te ves en medio de una redada policial, como fue nuestro caso!
Los vendedores llevan sus caras tapadas, es por ello que en “Pusher Street” está prohibido sacar fotos e incluso no les agrada ver a los turistas con una cámara encima. Pero no te sientas inseguro en ningún momento, porque la zona está vigilada constantemente, solo has de respetar sus normas que están indicadas en claros letreros en las fachadas “Have Fun, Don’t Run, No Cameras ”.
Si avanzas y dejas atrás “Pusher Street”, entras en el corazón de Christiania, allí puedes disfrutar de su espacio más lúdico y culinario.
Destacamos un pequeño restaurante Grøsagen de comida orgánica al peso a muy buen precio que nos enamoró, también ofrecen take away, por si decides acercarte al lago y hacer un picnic improvisado. En cualquier caso, la oferta gastronómica es muy variada.
Si tienes suerte y hay un concierto -¡No dudes en tomarte una caña en uno de los singulares vasos del bar!- Éste aloja una enorme terraza al aire libre enfrente del escenario (comprenderás su particularidad una vez llegues ahí), perfecta para dejarte llevar por la música.
Antes de abandonar el barrio es obligatorio un paseo por la zona “residencial” de Christiania. Descubriendo sus casas darás con auténticas maravillas, con diseños que no te dejarán indiferente; no dudes en atravesar sus caminos rodeados de naturaleza porque realmente merece la pena. Sin olvidar, eso sí, que te estás adentrando en su comunidad que cuenta con una escuela guardería, centros de arte y talleres artesanales, así que cautela y respeto.
Visita su particular economato, donde hallarás cantidad de objetos artesanales a buen precio que van desde menaje del hogar a comida o ropa.
Debemos hacer un guiño a un rincón muy especial situado en una preciosa tienda/casita junto al lago, donde Helena da forma a multitud de materiales nobles creando joyas únicas hechas a mano, inspiradas en la naturaleza ¡No te defraudará!
Es un magnífico ejemplo de cómo diversas tribus urbanas conviven en paz, huyendo de estereotipos y demostrando que Christiania es muchísimo más que una “comuna hippie”.
¡Si te han entrado ganas de visitar Christiania mira aquí los vuelos !
Texto: Tensi Sánchez
Fotos: Marta Grados Sese
Deja un comentario