PUERTA ABIERTA, FRONTERA CERRADA
Crónica de un día en un campo de refugiados de Grecia. Esta exposición nace de la necesidad de un grupo de voluntarios que coincidió durante el verano en el campo de refugiados de Cherso, en el norte de Grecia.
“Todo el campamento está rodeado por una verja de unos 2 metros de altura, con 4 puertas de acceso al campo. En la entrada principal están los militares y el pos control. Las puertas siempre están abiertas. Podemos ir y venir libremente, aunque no tengamos a donde ir. A nosotros, los militares no nos controlan para entrar o salir, porque legalmente nos podemos mover por toda Grecia. Pero esta libertad no te convierte en un ciudadano como los demás; no tenemos documentos, ni permiso de trabajo y todo cuesta dinero… Cada día la verja se encarga de recordarnos nuestra situación. Podemos salir del campo pero no tenemos dónde ir, ni los medios ni recursos para hacerlo; esperamos haciendo cola para ducharnos; esperamos las llamadas de nuestros familiares; esperamos noticias de la guerra; esperamos la cita para solicitar el asilo; esperamos que nos den refugio. Esperamos que las cosas cambien.”
Con las palabras de uno de los refugiados de Cherso empieza la exposición, montada alrededor de una verja que simula el campo. Está estructurada en cinco apartados: puerta abierta / frontera cerrada, dónde se refleja la dualidad del concepto; interiores del campo dónde se muestra el día a día en un campo de refugiados en el que hay espacio para la tristeza y la desesperanza, pero también para la alegría y el cariño; exteriores del campo, dónde se puede ver qué hay más allá de la verja; luchadores y luchadoras, una serie de retratos de las personas que habitan el campo; y por último, manifestación dónde se recogen sus reivindicaciones.
Ven a dar voz!
Fotos @pablordtg