La presencia de las mujeres en cualquier sector, incluida la industria musical, ha estado infrarrepresentada hasta el presente. Como problema social y político que constituye la… invisibilización del trabajo femenino, no existe ningún apartado donde no haga mella. Por tanto, mensajes como el de que hay menos mujeres en determinada área laboral y esa es la causa de que se hable menos de ellas han tenido tanto calado.
Nada más lejos de la realidad. En el mundo artístico, las mujeres han estado siempre, algunas incluso han jugado a ser hombres en un mundo que se les presentaba hostil para poder hacer llegar su obra al gran público, firmando con pseudónimo o trabajando para otros con el nombre (y el género) adecuados para triunfar. En la música actual, si bien hay numerosas bandas formadas por mujeres o con varios miembros femeninos en sus filas, su representación es mínima en los festivales, termómetro con el que se lleva midiendo desde hace algunos años su presencia en la música, pero también en productoras, discográficas y medios.
El detonante lo puso el blog musical El Perfil de la Tostada tras publicar en 2017 un artículo con motivo del Día de la Mujer en el que aparecían los carteles de los principales festivales indie españoles sin bandas con algún componente femenino. El panorama fue desolador. Certámenes como el FIB, el Sonorama, el BBK o el Arenal Sound se mostraron como un páramo sin la asistencia de grupos formados íntegramente por hombres. Algunos carteles tenían a lo sumo dos grupos que se saltaran la regla no escrita.
¿Casualidad? Teniendo en cuenta que el porcentaje de mujeres en España es del 51% (según datos oficiales ) parece poco creíble. Amén de que, por poco que se mire, en el circuito indie no son pocas las bandas nacionales que cuentan al menos con una mujer: Los Punsetes, Triángulo de Amor Bizarro, Zahara, Rufus T. Firefly, Mourn, Las Bistecs, Bala, Fuel Fandango y un largo etcétera de mujeres artistas que, si encuentran cabida en uno de estos certámenes, rara vez lo hacen como cabeza de cartel.
A veces, los movimientos pequeños causan una onda expansiva que desemboca en reacciones mayores. Gracias a voces como éstas, se ha visibilizado este problema y, sobre todo, se ha debatido sobre él. Han surgido festivales eminentemente femeninos como el Empower Music o el Estrogenfest que tratan de concienciar sobre la igualdad de género. Asimismo, existen colectivos como MYM (Mujeres y Música) que reivindican su papel en la sociedad e incluso han creado una base de datos para facilitar el descubrimiento de otras artistas.
El feminismo ha llegado (aunque ya estaba) para quedarse. Por eso el futuro de la música suena tan bien.