Agustín Ibarrola, presenta, a sus 90 años de edad, en la Sala Rekalde, una exposición que centra la atención sobre la relación fundamental establecida entre el arte y la naturaleza en su obra, comisariada por José Ibarrola.
Una de las características fundamentales en el trabajo de Agustín Ibarrola es la vinculación con el entorno en el que desarrolla su actividad artística. No solo el entorno físico sino también el emocional. Desde sus comienzos, el tránsito entre el naturalismo descriptivo y la anotación discursiva, entre la figuración expresionista y la abstracción analítica, ha sido constante. Con esta obra se homenaje y reconocimiento al artista nacido en Bilbao, el 18 de agosto de 1930, Agustín Ibarrola representa un compromiso firme con el arte a través de la diversidad de actuaciones y de una trayectoria ampliamente desarrollada en la que el vínculo con lo natural es algo imprescindible.
Sus obras de pequeño o gran formato, cuadros o esculturas, series de grabados, la investigación con todo tipo de materiales y el permanente trasvase multidisciplinar, ha configurado un auténtico laboratorio de ideas, lenguajes y expresiones propias con las que ha ido nutriendo toda su producción artística.
Ese marcado carácter heterogéneo es precisamente, el que le ha permitido abordar proyectos que trascienden las rígidas fronteras de los estilos y las tendencias. Proyectos como El Bosque pintado en Oma (1982-2003), las desaparecidas Piedras Pintadas en las dolinas de Tremoia en Gautegiz-Arteaga (1993), la intervención Piedras y Árboles en Allariz (Ourense, 1999), Los Cubos de la Memoria en el puerto de Llanes (Asturias, 2001-2006), la instalación con más de ochenta traviesas policromadas y talladas en lo alto de la Colina de carbón Prosper Haniel-Ruhr en Bottrop (Alemania, 2002) o las Piedras Pintadas en Garoza (Muñogalindo, Ávila, 2005-2009), son obras que trascienden el hecho pictórico y escultórico para constituirse en auténticas experiencias estéticas.
Agustín Ibarrola, exposición natural , se centra en la obra de Ibarrola en la relación fundamental que se establece entre el arte y la naturaleza. Además, la exposición rinde homenaje y reconocimiento al artista con motivo de su nonagésimo cumpleaños. Agustín Ibarrola nació en Bilbao el 18 de agosto de 1930 y siempre ha demostrado una firme apuesta por el arte, a través de una diversidad de actividades y una trayectoria muy desarrollada, donde la conexión con la naturaleza es fundamental.
Una de las claves de la obra de Agustín Ibarrola es su conexión con el entorno en el que desarrolla su actividad artística. No solo al entorno físico, sino también al entorno emocional. Desde sus inicios, en su obra ha habido una transición constante entre el naturalismo descriptivo y la nota discursiva, así como la transición entre la figuración expresionista y la abstracción analítica. No son tendencias opuestas, sino una forma de entender la diversidad del arte y la vida. A través de su compromiso social y político y su vivencia con las vanguardias históricas, desde que ingresó en los grupos Estampa Popular y Equipo 57, ha ido definiendo una identidad compleja y diversa que emerge de cualquier clasificación o estratificación.
Todas sus obras, como obras de pequeño y gran formato, pinturas o esculturas, series de grabados, investigaciones con todo tipo de materiales y constantes cambios de vasija multidisciplinar, han conformado un verdadero laboratorio de ideas, habla y expresiones naturales, con las que toda su producción artística que se ha alimentado. De hecho, su notable heterogeneidad le ha permitido realizar proyectos que trascienden los rígidos límites de estilos y tendencias. Entre los proyectos que se enumeran a continuación se encuentran obras que van más allá de los hechos pictóricos y escultóricos y se convierten en experiencias estéticas reales: El Bosque Pintado en Oma (1982-2003); Piedras Pintadas (1993), que desapareció en los dólmenes Tremoia en Gautegiz-Arteaga ; La intervención de Allarizko Piedras y Árboles (Ourense, 1999); Los Cubos de la Memoria en el puerto de Llanes (Asturias, 2001-2006); Más de ochenta instalaciones policromadas y esculpidas en la cima del cerro de carbón Prosper Haniel-Ruhr en Bottrop (Alemania, 2002) o Piedras pintadas de Garoza (Muñogalindo, Ávila, 2005-2009)
Donde: Sala Rekalde
Cuando: Hasta el 4 de Julio de 2021
Cuanto : Gratis