Juan Mari Indo presenta ‘Liñiou faté. Los olvidados’
Esta exposición en Alhóndiga – Azkuna Zentroa, muestra la creatividad en torno al icono Bibendum, a través de fotos, vídeos y otros objetos hallados en Senegal, Burkina Fasso, Gambia, Mali, Mauritania y Benin.
El Bibedum (nombre original del hombre rueda Michelin) es uno de los iconos comerciales más conocidos de la historia del marketing. Una enseña occidental que ha traspasado fronteras hasta llegar a puntos del planeta como el África subsahariana, donde se utiliza como en tantos otros sitios para señalizar los talleres de reparación mecánica.
Allí, tanto en las grandes ciudades como en pequeños pueblos y poblados, los habitantes del África subsahariana occidental se las ingenian para montar sus talleres con los recursos que tienen. Son artesanos, capaces de reparar una cubierta de rueda de camión cosiéndole una cuerda; y también son artistas que pintan su Bibedum (hombre rueda Michelin) para indicar la actividad que realizan ante la ausencia de enseñas oficiales. El ‘hombre rueda’ aparece con una aureola naif en algunas ocasiones; o de forma libre y artística, como lenguaje de arte de calle, como marketing, en otras. Es un intento de emular a una marca, pero siempre hay algo más. Para los dueños de los talleres Mislim (como lo pronuncian) es un personaje animístico, casi como una máscara.
‘Liñiou faté’ significa ‘los olvidados’ en wolof, la lengua hablada en Senegal y Gambia. Esta exposición muestra la creatividad en torno al icono Bibendum, a través de fotografías, vídeos y objetos originales, encontrados en Senegal, Burkina Fasso, Gambia, Mali, Mauritania y Benin.
Una muestra de la creatividad en torno al hombre rueda Michelin que ha rescatado Juan Mari Indo en sus viajes por el continente africano. En los sitios más increíbles –desiertos, carreteras, pistas, en la arena…– ha encontrado estas pinturas creadas por artistas locales y en muchos casos anónimos, reproduciendo este símbolo en todo tipo de materiales: desde chapas desplegadas de bidones a paredes de casas o tableros de madera.
La exposición tiene además una lectura sociológica y económica. Habla del sur, de los países en desarrollo y del abandono de estos lugares por parte de occidente y de sus enseñas. Habla de la creatividad en la escasez, pero también del olvido. Son imágenes olvidadas, condenadas a desaparecer. Una de las instantáneas recogidas en esta recopilación tiene cuerpo de mujer. Ante la pregunta de por qué había retratado a una mujer Michelin, el dueño del taller, y creador de la misma, dio una respuesta directa: «siempre intento innovar, es la creación».